Hay días en los que por alguna extraña razón vuelven a tu mente recuerdos o imagenes al escuchar un sonido, leer una noticia, etc. Yo hace unos días leí la noticia de que la escritora Ana María Navales había fallecido, desde aquel instante un sinfín de recuerdos e imágenes se agolparon en mi mente: sus clases llenas de originalidad y diferencia, su dinamismo, pasión, fuerza, vehemencia, pero ante todo siempre la recordare como una profesora insólita como ella misma se definió una vez en una dedicatoria de uno de sus libros.
Hoy desde este pequeño foro cultural, quiero rendirle un humilde homenaje a esta insólita escritora y profesora, que sin darme cuenta me enseño a amar la literatura y la poesía. Para ello os muestro una de sus creaciones literarias.
Hay Días
en que los ojos perdonan las noches de la luna
y se ciegan ebrios de jazmín y soles.
Días en que la rosa doma al espino,
el mar se cubre de una serenidad
y el corazón encuentra el momento de hacerse vuelo.
Días cándidos de suspiro y manantiales
de tan casto gozo heridos, tan sin pena,
que uno desearía arder junto a su verso.
Ana María Navales, Los Labios de la Luna, 1989
1 comentario:
Precioso
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